Nuestra experiencia en La Loba

La casa escuela rural de mujeres La Loba está situada muy cerca de Olba, Teruel. Ana y yo hemos pasado una semana allí y desde este espacio queremos transmitir a las Mujeres de Orihuela Clara Campoamor, y a toda mujer que se acerque y no sepa exactamente qué hacer con su tiempo libre, qué puede encontrar allí.
A veces nos dicen que buscamos y encontramos aquello que llevamos dentro, pero pienso que esa búsqueda puede aligerarse si sabemos qué caminos existen marcados y cómo lo han recorrido nuestras compañeras de la Vida.
Ha sido una semana de contacto con la

tierra, un contacto físico y contemplativo a un tiempo; de contacto con nuestro cuerpo, con la alimentación, el masaje, la expresión y el conocimiento.


Elegimos la semana de la alimentación y hemos aprendido que los nutrientes son mucho más que aquello que comemos. La macrobiótica no es sólo una forma de alimentarnos sino una manera de estar en el mundo, una opción que todas deberíamos conocer.

Mujeres que se atreven a poner en marcha un proyecto así tienen algo de extraordinario que nos genera respeto y admiración. Alicia puso en mis manos a Marcela Lagarde y su discurso sobre el empoderamiento a través de la liberación y posesión de espacios para mujeres, me puso sobre la pista de una necesidad real que no se nos debe escapar. También puso a Adrianne Rich en mi vida y noté que crecía como las judías y los calabacines bien regados.

Mónica nos enseñó biodanza, recetas de cocina, salsas y cómo reconocer y quitar las malas hierbas. Recuerdo ahora su mano en la mía, la mía en la de Gema, Begoña, Ana, Alicia y siento que las redes de mujeres son ya instrumentos de protección y liberación contra la agresividad de un mundo diseñado por el orden patriarcal.

Surgimos del vacío, de la oscuridad del hueco. Es parte del ciclo divulgado por las viejas religiones paganas que el materialismo niega. Después de la muerte, el renacimiento; después de la nada, algo. El vacío es lo creador, la matriz. No es únicamente lo ahuecado y la anarquía. Y sin embargo en las mujeres se ha identificado con el desamor, con la infecundidad y la esterilidad. Se nos ha obligado a llenar nuestro "vacío" de hijos. Se supone que no debemos bajar a la oscuridad de ese núcleo. Sin embargo, si nos arriesgamos, lo que nace de esa nada es el comienzo de nuestra verdad. La mentirosa, en medio de su terror, quiere llenar el vacío con cualquier cosa. Sus mentiras son una negación de su miedo, una manera de mantener el control. (Adrianne Rich)


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