Mukhtar Mai
Cuando leí Deshonrada me costó mucho sacarme de la cabeza a esta mujer que veis aquí. Desde entonces no puedo evitar asociar Pakistán con tradiciones insoportables, inhumanas, horribles. Esta mujer tuvo el coraje de sentar en el banquillo a sus violadores. Tenía 30 años y, tal vez, esa circunstancia la ayudó a rebelarse con fuerza. Me enteré entonces de que existen tribus donde las mujeres son las encargadas de reparar las faltas de los hombres. Ante un conflicto y puesto que no tienen acceso a la Justicia oficial se someten a una especie de Consejo de hombres notables que, para variar, actúa en connivencia con los más ricos.
Pero el titular de hoy en el País me dejó helada: 15 niñas en pago por un burro. De nuevo estamos en Pakistán, pero esta vez no hay 30 años de vida y coraje; esta vez son niñas de entre tres y diez años de edad. Y cuesta leer hasta el final. Mucho.
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