ROSARIO, DINAMITERA. En tu recuerdo , Mujeres Claras


Ayer nos acordamos todas de Rosario Dinamitera que Miguel Hernández inmortalizó como miliciana en el frente republicano que luchó por la libertad, la justicia y la igualdad. El nombre de Rosario nos lleva a Mª Luisa que recita como nadie el poema de Miguel Hernández. Hoy os regalo un poema que Ata ha escrito en recuerdo de Rosario. Besos de Ata y Manoli

En Madrid ha muerto la flor y la nata de las mujeres.
18 de abril de 2.008

En Madrid ha muerto la
flor y la nata de las mujeres/
una gran pasión/ la que en
su mano bonita celaba la
dinamita sus atributos de
fiera/ la ansiosa de una
batalla/ la sedienta de una
explosión.
Hoy ha muerto en Madrid/
Rosario Dinamitera.
Hoy guardan silencio
las estrellas y se ha perdido
la última de las flores de las trincheras.
Otra rosa más perdida/
otra quimera/ otra víctima
de la sin razón/ del odio y
de las municiones.. .
Hoy ha muerto en Madrid la
que con su mano derecha era
capaz de fundir leones.

Rosario dinamitera.

La que dejó su herencia
de mujer y hembra en
Orihuela/ palabra en flor
que nos lleva al puro
blancor de una enfermera/ de
una nueva dinamitera que es
todo corazón/ lucha y entrega.

Maria Luisa ha recogido/
del regazo mismo de
la dinamitera/ todo el
fuego y todo el cielo que
Rosario atesoraba en una
gran cosecha/ para
interpretar su poema.
Mª Luisa guerrera/
libertad/ rayo y estrella.

Mujer que con el arma
de los versos hernandianos
lucha hoy contra la guerra
con la fuerza de sus manos y
con sus puños cerrados.

Mª Luisa/ aroma de
yerba/ toda fuerza y todo
corazón/ alma generosa y
entera para interpretar los
versos que Miguel Hernández
a Rosario dedicara...
sumergido en el odio y en la
barbarie brutal de una guerra.

Aquí el poema escrito por Miguel Hernández alrededor de 1937, basado en la experiencia de Rosario en el frente:

ROSARIO DINAMITERARosario, dinamitera
Rosario, dinamitera,
sobre tu mano bonita
celaba la dinamita
sus atributos de fiera.
Nadie al mirarla creyera
que había en su corazón
una desesperación,
de cristales, de metralla
ansiosa de una batalla,
sedienta de una explosión.
Era tu mano derecha,
capaz de fundir leones,
la flor de las municiones
y el anhelo de la mecha.
Rosario, buena cosecha,
alta como un campanario
sembrabas al adversario
de dinamita furiosa
y era tu mano una rosa
enfurecida, Rosario.
Buitrago ha sido testigo
de la condición de rayo
de las hazañas que callo
y de la mano que digo.
¡Bien conoció el enemigo
la mano de esta doncella,
que hoy no es mano porque de ella,
que ni un solo dedo agita,
se prendó la dinamita
y la convirtió en estrella!
Rosario, dinamitera,
puedes ser varón y eres
la nata de las mujeres,
la espuma de la trinchera.
Digna como una bandera
de triunfos y resplandores
dinamiteros pastores,
vedla agitando su aliento
y dad las bombas al viento
del alma de los traidores.

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