Ustedes perdonen, pero nos están asesinando.

 
La violencia machista se cobró 59 mujeres en 2014 y ya llevamos 21 en lo que llevamos de 2015.
Este mes está siendo especialmente trágico para la vida de las mujeres. Puede ser la crisis, el calor, las frustraciones o imaginaciones. Cualquier cosa sirve para descargarla sobre una mujer de la que el asesino se considera propietario, como si el tiempo se hubiese parado en la negrura de la Edad Media, como si nada se hubiese movido en determinados ámbitos y, lo que es peor, como si no interesara que nada se moviera.
Porque estamos hartas del silencio de una sociedad hipócrita, de unos poderes que no se inmutan más que cuando se trata de cifras, economía, asuntos exteriores, bolsas o primas de riesgo. El tema de la violencia sobre la mujer debe ser asunto de Estado y tratado y abordado con la prioridad que merece. El infierno que debe soportar una mujer, sus hijas e hijos, sus familias etc. hasta que finalmente cae debería agitar instituciones y conciencias hasta erradicar esta vergüenza.
Una vez más la Asociación de Mujeres de Orihuela Clara Campoamor denunciamos la inacción de los poderes públicos, la falta de campañas de sensibilización, la falta de ayudas, la carencia de regularización  de unos medios que exhiben a las mujeres como objetos de consumo, la permisividad en la prostitución en todas sus formas, la falta de iniciativas de los partidos que nos representan para presentar medidas legislativas que contribuyan a acabar con esta lacra social.
Teresa y su hermana, de Elche, asesinadas a golpes con una barra de hierro, Susana, a cuchillazos, Rosemary, de Algorfa, a bastonazos, Hanane, de Xabia, a sartenazos, Tamara, de Cáceres, arrojada desde el coche en marcha, Mª Isabel, de Orense, rematada por su asesino en la cama de un hospital donde se recuperaba de las lesiones infringidas por el mismo... Y así podríamos seguir, y seguir... 
Estamos hartas de que las muertes de mujeres sean tratados como asunto menor, estamos hartas de que casi todo se quede en gestos testimoniales o minutos de silencio, estamos hartas de palabras testimoniales huecas en cuanto que no van acompañadas de medidas efectivas. Estamos hartas. Ustedes perdone, pero no están asesinando.

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