Mujeres Claras. Nuestra revista


Hace un año, tomamos la decisión de hacernos editoras salvando los obstáculos grandes y pequeños, legales, económicos, políticamente correctos, de saturación de mercado.
Queríamos una revista hecha de, por, y para mujeres. Mujeres diferentes, pero igualadas en el trato. Encantadas de compartir sabidurías, de aprender unas de otras.

Con el nº 0 estamos seguras de que levantamos ampollas, pero también que despertamos sensibilidades. En ella pretendíamos ofrecer un menú consistente, necesario para crecer saludablemente en feminismo.
Igual que lo pretendemos en este nº1 que dedicamos al laicismo. Es primordial para nosotras aprender a desaprender. Deslastrarnos de las cargas religiosas que durante tanto tiempo hemos llevado a cuestas.
El no laicismo es un tema que a las mujeres nos duele directamente.
La religión católica (y otras) no ha sido muy ejemplar que digamos en lo que respecta a las libertades, los derechos humanos, la democracia, el pluralismo y el respeto a las mujeres.

De la editorial de este nº1, destaco una frase de la presidenta: ...defendemos la pluralidad como marco de convivencia. Y esto no será posible hasta tanto no sea un hecho la separación entre Iglesia y Estado.
Sobre laicismo hablamos en el apartado feminismo, como luto impuesto por la iglesia a lo largo de nuestra historia y del que afortunadamente hemos decidido liberarnos, para ser AMIGAS DE LA VIDA.

Y en artículos de opinión, la autora del mismo nos recuerda: no es posible la vindicación feminista fuera del marco de una sociedad laica. Tanto de hecho como de derecho.

Ya sabéis que en nuestra revista Las mujeres opinan y esta vez lo hacen sobre costumbres asociadas a las normas y regulaciones religiosas. Como cuando Ester Celina dice que las religiones no defienden a la mujer porque el cura suele decir que la casada debe aguantar lo que le venga.

El aborto joven y adolescente que tratamos en Las cosas claras nos lleva a pedir y exigir la aplicación de políticas claras en programas aplicados de Educación sexual y salud reproductiva.
Os encontraréis con un testimonio muy, muy valiente y doloroso de la hija de un maltratador.
No puede faltar la denuncia permanente sobre la trata y la violencia de género, donde repasamos los actos llevados a cabo: exposición sobre la Trata en la Biblioteca, trabajos del alumnado del Thader y Torremendo...

Una entrevista a la doctora Zaragoza, cirujana y presidenta del comité de mama del Hospital Vega Baja, nos muestra a una Mujer de nuestra tierra comprometida con ella, con su profesión y con las mujeres que les toca vivir ese duro momento. Recordamos el trabajo por Nuestro Hospital que hay que defender con todas nuestras fuerzas, para que mujeres como ella, puedan ver satisfechas sus metas profesionales y laborales y mujeres como nosotras podamos recibir sin mendigar ni mercadear la asistencia que nos merecemos por derecho, y que no recibimos porque nos ha tocado vivir en una Comunidad donde acceder a la salud es un negocio privado rentable, consentido y alentado desde quienes deberían pelear por lo público.

El Mira en tu mochila se ha convertido en una buena costumbre en nuestra revista, ocupando un espacio de coeducación y destapando el sexismo invisibilizado por la rutina.

Las Cartas de las lectoras están dedicadas a la visita a Gandía para ver un cuadro que nos impresionó muy gratamente. La sacra limpieza de Joan Costa, donde por contraste se reproduce el escenario de la Santa Cena con otras personas y en otros quehaceres.

No podía faltar la comunicación especial de ese logro que ha sido Entretodas, ese lugar tan atrapador que, como dice Nuchi, si lo escuchas, te habla.

Ni los ratitos más lúdicos pero intimistas y reflexivos que nos proporcionan las canciones, los hermosos poemas, las pelis recomendadas

Compartimos dolor con las mujeres palestinas que junto a niños y niñas padecen como nadie la ocupación y masacre israelí.
Y con las mujeres de Atenco-México- vejadas, violadas por defender su proyecto de vida y denunciado por Amnistía Internacional
Christine de Pizan y Maruja Mallo tienen esta vez nuestro título de Mujeres claras en la sociedad. La primera por ser una voz feminista en la Edad Media, por cuestionar en su obra Ciudad de Mujeres la injusticia, la agresión , la desvalorización sufrida por las mujeres; y la segunda por ser una gran pintora de la generación del 27, artista múltiple, comprometida en la rebelión femenina contra los rancios cánones machistas de la época y comprometida con la república. Su trasgresión le costó el ser ridiculizada, ninguneada y por supuesto perseguida por republicana.
Trabajo realizado por Mari Carmen Cabrera Roch

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