Visita a Gandía. Sacra Limpieza. El Día Siguiente.




La Asociación de Mujeres de Orihuela Clara Campoamor, realizamos el sábado, día 15 una visita a Gandía con el objetivo de ver el cuadro realizado por Joan Costa “Sacra Limpieza. El día siguiente”. Dicho cuadro se encuentra en la capilla principal de las Escuelas Pías regentadas por los Escolapios y en él se puede ver a un grupo de mujeres (doce, exactamente) limpiando al día siguiente de la Última Cena.
La Asociación fue recibida por el Padre Francesc Mulet y por el pintor de la obra, Joan Costa, el cual expresó su intención de mostrar a la mujer desempeñando las funciones más humildes y menos visibles en contraposición a las desempeñadas por los hombres.
Tanto Mulet como Costa se extendieron en profundidad en la interpretación del cuadro y en la pequeña polémica generada al no terminar de entenderse al autor por parte de algunos colectivos.
A través de este cuadro podemos trabajar más y mejor por la igualdad que si lo hiciésemos con largos discursos y manifiestos, declaró una de las mujeres.

Después de esta visita, y en todo momento atendidas por Neus Cortell y María Borrás de la Asociación Casa de la Dona, las mujeres Clara Campoamor realizamos una visita por los monumentos más representativos de Gandía.
Damos las gracias, de corazón, a estas dos mujeres que nos hicieron mucho más fácil todo nuestro recorrido.
Primer gran viaje de la asociación. Impresiones de Pascuala Sandoval
Nuchi, Ana, los deseos se hacen realidad. Cuando vimos el cuadro pensamos inmediatamente que teníamos que estar junto a él. Nos fuimos a Gandía como tres chiquillas con mucha ilusión y nos dimos con la gran puerta del convento de Los Escolapios en las narices. Sentí que ese tesoro se lo guardaban para ellos, qué ironía. Después persistimos y, gracias a las gestiones de Ana y Nuchi, conseguimos que el viaje colectivo, esta vez, sí fuera un éxito. Que no se deduzca que el primero no tuvo su interés: nos hicimos con la situación , vimos el pueblecito tan pintoresco donde vive el sobrino de Ana, y nos divertimos.

Ayer, cuando me subí al autobús, tuve la suerte que María estuviera sentada en primera fila, que es mi sitio. ¡Qué mujer! Hablamos todo el viaje, sin parar, ida y vuelta. Tiene tantas cosas que decir y las comunica con esa autenticidad que yo, me callaba para escucharla, no la quería cortar. En la ida, se centró en la memoria histórica y me pareció oír a mi padre, me contaba las mismas cosas. Ahora me emociono. Mis tíos desaparecidos en la guerra, mi tía rapada la cabeza en la cárcel por ser mujer y republicana, mi otra tía, su hermana, señalada por roja durante su vida; mi abuelo paterno, perdida la cabeza porque le requisaron las cosechas… Me aparecieron simultáneamente los relatos dolorosos que mi madre y mi padre nos contaban durante el franquismo. María utiliza las mismas palabras: me contó que las señoritas oriolanas acudían a ver los fusilamientos, y que a las rojas las ponían a fregar la catedral de rodillas ( el cuadro que íbamos a ver).

Una vez que llegamos a la puerta del convento de Las Escuelas Pías, porlalón bien abierto, esperándonos! Qué diferencia entre una puerta abierta y la misma cerrada, el primer día dimos varias vueltas a ver si encontrábamos un resquicio por donde colarnos.
Y la sorpresa que nos esperaba, ¡estaba el pintor!! Emocionante, Lo ví allí sentado, escudrillándonos con su mirada de artista, pensando en cómo éramos y qué iba a decirnos. Sus ojos se paseaban por todas/todos adivinándonos. Cuando empezó a hablar nos cautivó! Qué tío!, Qué ideas tan “claras”. Si está casado me gustaría conocer a su mujer, pensé. Y hacerle unas preguntas…
Me hubira conformado con ver el cuadro, al pintor y al escolapio, este parece un hombre extraordinario, con una sensibilidad especial, me comentó que lo que más le molestaba era que hubiese curas que no aceptaran el cuadro, se prestó a atendernos cuando quisiéramos.

Después, el museo arqueológico, la suculenta comida, el palacio…y, sobre todo, la gentileza de las dos mujeres que nos acompañaron todo el día, ellas también aprendieron.

¡Un viaje provechoso e irrepetible que hemos de frecuentar!

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